miércoles, 24 de diciembre de 2014

Decoraciones navideñas en Shanghai

En China tradicionalmente no se celebra la Navidad y el día 25 de diciembre se trabaja como un día normal. Pero los avispados comerciantes no podían dejar pasar una oportunidad como esta para ganar dinero, así que los centros comerciales y restaurantes ponen decoraciones navideñas y anuncian menús especiales de Navidad para que la gente se anime a gastarse los cuartos. Hoy es Nochebuena y al volver a casa he visto colas bastante largas en los restaurantes más refinados.

Mi nueva oficina está en Nanjing West Rd. y los centros comerciales pijos que hay allí han tirado la casa por la ventana con las decoraciones navideñas. Todos los árboles de la calle tienen lucecitas colgando.

Al lado de Jing An Temple


¡Venga derroche de kilowattios! ¡Que los regalan!

¿Reconocéis a alguien?

¡Papá Noel estaba hoy saludando a la gente en un centro comercial!

¿De dónde habrán sacado a este señor tan mayor?

En mi oficina también se han pasado un poco con las decoraciones. En todos los ventanales hay ristras de lucecitas pegadas con cinta adhesiva. Verás el día que haya que desmontar el campamento...

Vista general de la oficina.

Esto está según entras a la izquierda...


... y esto a la derecha.

Detalle de los muñecos que han puesto en la recepción.

¡Feliz Navidad! ¡Cuidado con las comilonas típicas de estas fechas!

miércoles, 17 de diciembre de 2014

A dormir al Ikea

Se me había olvidado contarles que el otro fin de semana fuimos al Ikea de Wuxi porque teníamos que comprar un sofá y un armario para el piso nuevo. Wuxi es una ciudad que está a una hora en coche desde Suzhou. El Ikea de Shanghai está a la misma distancia desde Suzhou pero normalmente el de Wuxi está bastante vacío, así que siempre vamos allí.

Debería decir "estaba bastante vacío". Han construido un centro comercial gigantesco al lado y parece que la zona se ha convertido en la más concurrida de Wuxi. Queríamos comer albóndigas suecas en el restaurante del Ikea pero en la cola había unas 50.000 personas. Abortamos misión albóndigas.

¿Tanta cola pa comer albóndigas y salmón congelados? ¿Estamos tontos o qué?

El centro comercial también estaba a reventar pero conseguimos una mesa en un restaurante. Tras el almuerzo empezó la caza y captura del sofá perfecto. Tras probar todos y cada uno de los sofás de la exposición elegimos al claro ganador:

Os presento a Tidafors Junior, nosotros hemos comprado el Senior (con espacio para tres posaderas).

Tidafors ganó por goleada porque era el único sofá en el que se podía apoyar la cabeza en el respaldo.

Después fuimos a por el armario. Ale, a abrir y cerrar todos los armarios para ver cómo eran por dentro. En realidad puedes diseñar cómo quieres que sea tu armario por dentro, pero no teníamos tiempo para liarnos tanto así que elegimos un modelo para que nos lo hicieran igual.

Pero una visita al Ikea en China no está completa si no ves a un buen número de chinos echándose la siesta en las camas, sofás y cualquier otro sitio que pillen. Yo nunca he ido a un Ikea fuera de China así que pensaba que esto era normal, pero parece ser que no.

Debajo de ese abrigo granate había un niño también durmiendo.

La señora esperando pacientemente a que su marido se despierte.

Esta niña ya es un poco grandecita para dormir en el carro.


Durante estas próximas semanas probablemente tengamos que volver al Ikea a por más cosas, así que quizás publique una segunda parte de "chinos durmiendo en el Ikea".

lunes, 15 de diciembre de 2014

Mudanza

¿Que qué he hecho el fin de semana? Pues empaquetar, cargar cajas y bolsas en la furgoneta del tío de C., bajar cajas y bolsas de la furgoneta del tío de C., desempaquetar, limpiar y colocar.
Y todavía queda para rato. ¡Mudarse es agotador!


lunes, 8 de diciembre de 2014

El tren-museo

Me hacía ilusión ir en tren a Luoyang en vez de en avión. Hacía tiempo que no viajaba en tren en China, si exceptuamos los trenes de alta velocidad. Pero eso no cuenta, cuando digo viajar en tren por China me refiero a pasar un buen puñado de horas en el tren, dormir allí, llevarse una bolsa cargada de comida donde los tallarines instantáneos no pueden faltar, etc. Creo que hacía unos 5 años que no iba en tren cama.

Nuestro tren era el K2666, cuya ruta completa es Suzhou - Linfen, realizada en 25 horas y 17 minutos. Linfen es famosa por ser la ciudad más contaminada del mundo. Os han entrado ganas de ir, ¿verdad? Nuestro recorrido, desde Suzhou hasta Luoyang, debía ser en teoría de 16 horas y 23 minutos pero se retrasó un poco y tardamos algo más. La letra en el nombre del tren indica la velocidad: G es el tren de alta velocidad y K es el más lento, aunque la K viene de 快 kuai, rápido.

Que no falte la siempre socorrida foto de la estación de tren. Estaba bastante vacía, en las vacaciones del Año Nuevo Chino es la locura total.

En el tren cama se puede elegir entre "cama dura" y "cama blanda". La cama dura es una litera de tres pisos, en un vagón corrido sin puertas en los distintos compartimentos. La cama blanda es una litera de dos pisos en una habitación para cuatro personas con puerta que se puede cerrar para más intimidad. Los precios varían según qué litera escojas: el piso de abajo es más caro porque te puedes sentar durante el rato que no quieras estar acostado. Como inconveniente, tu vecino de arriba probablemente se sentará también en tu cama. 
Otro detalle: en teoría la cama blanda es, como su propio nombre indica, más blanda que la cama dura. Sin embargo no siempre es así, como en el tren a Luoyang.

Cama dura: literas de tres pisos con cero privacidad.

Normalmente yo solía viajar en cama dura en mis años mozos. En este viaje elegimos cama blanda porque C. nunca había viajado en tren cama (al menos que recuerde) y estaba bastante acongojado. Así que para no asustarle más accedí a viajar en cama blanda, que evidentemente es más cara. Así que viajamos en un compartimento con solo dos señoras más y a puerta cerrada. Pero las camas, blandas, lo que se dice blandas, no eran. De hecho eran iguales que las duras: colchonetilla sobre tabla. Da igual, dormimos como benditos.

Nuestra habitación.
Por la foto anterior habréis deducido que no se trataba de un tren de última generación. Pues todavía no habéis visto lo mejor: el vagón restaurante. ¡Bienvenidos a los años 50!



Aunque habíamos llevado tallarines instantáneos para la cena, decidimos probar la comida del vagón restaurante (los tallarines instantáneos son el demonio, por si no lo sabíais. Tienen 500 calorías y el 100% de la dosis diaria recomendada de sal). C. fue al restaurante a pedir la cena para llevar y nos la comimos en la habitación, justo antes de que subieran en Nanjing nuestras compañeras de cuarto.

¡Estaba mejor de lo que esperaba! Totalmente comestible.

A la mañana siguiente, después de varias paradas, frenazos y traqueteos llegamos a Luoyang. Y lo que pasó después ya lo sabéis.

martes, 2 de diciembre de 2014

Viajecito a Luoyang

El fin de semana pasado agarramos el petate y nos fuimos de viaje a Luoyang. Yo llevaba mucho tiempo queriendo ir pero me daba miedo ir en vacaciones y que estuviera llenísimo de gente. Al final miss Y. planeó el viaje para el último fin de semana de noviembre y nos apuntamos.

Luoyang fue la capital de varias dinastías durante la antigüedad y tiene un patrimonio arqueológico considerable. Como Mérida, Roma o Xi'an, en Luoyang no pueden excavar un agujero en el suelo sin encontrar algo.

El sábado por la mañana, después de hacer un brunch de tallarines, nos fuimos al Museo de Luoyang. Es un edificio muy nuevo, con salas muy grandes y mucho que ver, principalmente bronces de las dinastías Shang, Zhou y alrededores, y cerámica de la dinastía Tang.

Bronce

Cerámica de la dinastía Tang. Con estos camellos hacían la Ruta de la Seda.

Después fuimos al museo de las tumbas (hay un montón de emperadores y demás altos cargos enterrados por allí) y a dar una vuelta por el centro. En Luoyang no se ven casi extranjeros y recibimos multitud de miradas y hallos. Vi a varias personas que les daban codazos a sus acompañantes para que se giraran a vernos, jajaja. Me hice un selfie con una estudiante (bueno, más bien ella se lo hizo conmigo) y espero que esta sea la primera y última vez que la palabra selfie aparezca en este blog.

El domingo fuimos a ver el plato fuerte, el sitio al que yo llevaba años queriendo ir: las cuevas Longmen. Son del estilo de las cuevas Yungang de Datong: miles de Budas excavados en la roca de una montaña.
Según mi amiga Elvira, "la montaña gruyere". Pues lo ha clavao.

Las cuevas Longmen están más estropeadillas que las de Datong, la mayoría de las estatuas no tienen cabeza. Según le oímos decir a una guía, muchas fueron arrancadas y vendidas en el extranjero a principios del siglo XX, cuando la situación económica de China era bastante chunga, la situación social bastante desordenada y a nadie le importaba un pimiento proteger el patrimonio artístico. Las estatuas más grandes han conseguido mantener todo en su sitio, más o menos.

Im-presionante.

Parezco muy pequeña.
La montaña gruyere desde la otra orilla del río.

Había más museos y templos para visitar en Luoyang pero no nos dio tiempo a ir. ¡Tendremos que volver! La gente de esa provincia, Henan, tiene fama de timadora, pero no tuvimos ningún problema. Además es que todo era baratísimo, nos tirábamos media hora en taxi por 30 yuanes. Muy bien Luoyang, sí sí.

¿Cómo ir? Desde el aeropuerto de Shanghai Hongqiao hay un par de vuelos al día. También se puede ir en tren y desde Suzhou son unas 17 horas en un tren del año de maricastaña. ¡Lo contaré en la próxima actualización!